Cuando buscamos materiales a la hora de diseñar nuestra vivienda o local, que nos ofrezcan calidez, diversos acabados y elegancia, la madera es la opción que encaja con todos esos requisitos.
Se trata de un material noble, que data de una gran antigüedad en cuanto a su uso y al que pueden aplicarse diversos tratamientos y procesos dependiendo del tipo de madera elegida para cada proyecto.
Aunque la oferta de maderas es muy amplia, no todas gozan de las mismas características, por lo que a la hora de tomar la decisión de qué clase elegir para nuestro trabajo, debemos tener en cuenta la madera más adecuada a cada ocasión.
Maderas blandas y maderas duras
Antes de comenzar a hablar de maderas en concreto, hay que conocer que existen dos grandes categorías donde luego enmarcaremos cada tipo: maderas blandas y maderas duras. Aunque esta no es la única peculiaridad a distinguir, sí podríamos destacarla como una de las más importantes a tener en cuenta y de ella dependerá, en gran parte, el fin para el que vaya a ser usada para obtener los mejores resultados en cuanto a resistencia, durabilidad o capacidad para el soporte de cargas.
Maderas blandas
Las maderas blandas provienen, por lo general, madera natural procedente de árboles con semillas que no poseen revestimiento y caen al suelo, es decir, árboles gimnospermas. Es la madera más utilizada y común, aunque gozan de menor calidad respecto a las maderas duras. Esto también se ve reflejado en su precio, ya que son más económicas. Son maderas que requieren menores cuidados, muy fáciles de trabajar, de peso ligero, pero que también se deterioran antes por lo que su durabilidad es menor, y que gozan de un menor impacto estético por su sencillez, cosa que puede compensarse con el diseño.
Dentro de las maderas blandas, podemos destacar:
Cedro: se trata de una madera muy suave, de grano recto y con un olor muy característico. Suele usarse para mobiliario de exterior ya que soporta muy bien la humedad sin deteriorarse. Es muy robusta y su precio bastante asequible. La variedad más común es el cedro rojo occidental.
Abeto: es la madera más común en la zona central y oriental de Europa. Su uso abarca desde muebles, ventanas y puertas, hasta instrumentos musicales. Al igual que el cedro, su resistencia a la humedad le permite ser utilizada para exteriores. Su aspecto es blanco-amarillento, en tonos suaves. Es una madera de fácil trabajabilidad.
Pino: excelente y fácil para ser trabajada, su uso se extiende gracias a ello incluso a la escultura. Es una de las maderas más económicas y utilizadas del mercado. Al sellarse, adquiere un tono miel claro. Su textura es uniforme. Apta para realizar muebles, molduras, paneles y muchos más trabajos de carpintería.
Maderas duras
Este tipo de maderas provienen de árboles con semillas con vaina, cáscara o frutos. Esta clase de árbol se denomina angiosperma y suele ser de hoja caduca. Su madera es de crecimiento lento y de mayor dureza. Resisten muy bien la humedad y diferentes climas y aportan mayor calidad, lo que encarece su precio. También son menos abundantes y su alta demanda puede traer consigo problemas con el medio ambiente.
Dentro de las maderas duras, podemos destacar:
Arce: es una madera de dureza media y de menor duración en comparación a otros tipos. Su uso se extiende a nivel mundial. Los colores que abarca van desde el blanco hasta el amarillo o rosado, siempre en tonos claros. Puedes encontrarla en instrumentos musicales, y muebles.
Fresno: proveniente de los estados centrales y orientales americanos. Caracterizada por sus nudos de ojo de perdiz y sus fibras rectas, suele usarse para la fabricación de puertas de interior o estructuras de soporte, gracias a su flexibilidad y resistencia a los golpes. Su color es marrón claro.
Cerezo: una de las maderas más demandadas gracias a su estética. Su color es rojo brillante, al igual que su fruto. Su uso se da en creaciones de alta calidad, mobiliario de lujo y revestimientos. Se trata de una madera cara y con una duración no muy extensa, por lo que debe recibir cuidados especiales para evitar su pronto deterioro.
Roble: con esta madera tenemos la opción del blanco y el rojo. Se trata de una de las maderas de mayor resistencia y dureza, por lo que trabajarla no es fácil y su precio es más alto que otros tipos de maderas duras. Es ideal para suelos y revestimientos, aunque también podemos encontrarla en forma de muebles de lujo.
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